Foto: MinTrabajo
La Consejera para la Niñez y la Adolescencia rechazó cualquier tipo de trabajo infantil y afirmó que: “El trabajo infantil es una forma de vulneración de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Les priva de un adecuado desarrollo integral, limita su potencial y afecta su dignidad, adicionalmente, es perjudicial no sólo para su bienestar físico y psicológico sino también para su bienestar social y moral. Asimismo, les expone a mayores riesgos de violencias y otras vulneraciones”.
De igual forma reiteró: “permitir que una niña o niño trabaje, es privarle de derechos como el de la salud, educación y juego. Todos ellos, fundamentales para su desarrollo”.
“Hoy le digo NO al trabajo infantil y hago un llamado para que nos unamos como estado, sociedad y familias, porque no queremos más niños ni niñas privados de experiencias significativas en igual de oportunidades; queremos verles felices, que se les garantice su derecho a recrearse y a educarse, a usar el tiempo libre en temas de su interés y acordes a su curso de vida. Es importante fomentar el equilibrio entre la actividad física, el descanso, el sueño reparador, el desarrollo de actividades de goce y disfrute, para que el día de mañana puedan desarrollarse en la vida adulta con las mimas oportunidades” aseguró la Consejera.
Desde la Consejería para la Niñez y la Adolescencia incitamos a todos los ciudadanos unirse a esta causa para que, entre la sociedad civil, las familias y el Estado se acabe con esta práctica que apaga los sueños de cientos de miles de niñas, niños y adolescentes del país.
Según cifras del Ministerio del Trabajo, de los 797 mil menores que estaban trabajando en 2017, dejaron de hacerlo más de 210 mil durante 2018 y 2019, por lo cual la tasa de trabajo infantil pasó del 7.3% al 5.9% en 2018 y luego al 5.4% en 2019.
Con esto se logró, en tan solo 2 años de Gobierno, cumplir y superar la meta fijada dentro del Plan Nacional de Desarrollo, que al final del cuatrienio la tasa de trabajo infantil sería del 5.5% en Colombia.
Es importante que las familias, comunidades y entidades de orden nacional y territorial continuemos con la labor de abolir juntos el trabajo infantil. Para ello es clave:
Transformar el imaginario que el trabajo infantil es el camino para desarrollar en niñas y niños sentido de responsabilidad con ellos y sus familias, delegando en ellas y ellos las responsabilidades de protección de los adultos. Es importante reconocer que muchos de las niñas y de los niños están siendo víctimas de explotación.
Crear campañas de sensibilización dirigidas a las familias y comunidades para que estas sean conscientes de las modalidades y afectaciones en niñas, niños y adolescentes del trabajo infantil y como esta perpetua el ciclo de la pobreza.
Seguir promoviendo estrategias, programas y proyectos de Ingresos y fortalecimiento económico para las familias y sobre todo a madres y padres cabeza de familia.
Promover mayor participación de la ciudadanía. Invite a la ciudadanía a denunciar y tomar acción en el momento que vean algún tipo de vulneración de los derechos contra niñas, niños o adolescentes.